El hospital de la Santa
Caridad es un edificio del siglo XVII, sede de la institución benéfica promovida por el
filántropo Miguel Mañara, nacido en Sevilla en 1622 y fallecido en la ciudad hispalense, en 1690. Se encuentra situada en el barrio
del Arenal, en el antiguo arrabal de la Carreteria, a extramuros de
la Sevilla histórica, limitando la parte trasera con la línea por
donde corría la muralla que cercaba la ciudad.
La institución de la
Hermandad de la Santa Caridad remonta sus orígenes al siglo XV. Con
el nombramiento de Miguel Mañara como hermano mayor en 1663, se
llevaron a cabo la conclusión de las obras de la iglesia y la construcción del
hospital, que acogería un gran número de pobres y enfermos.
Actualmente, alberga un asilo de ancianos.
Actualmente, alberga un asilo de ancianos.
Marcapáginas magnético
Anverso y reverso
Busto de Don Miguel Mañara, azulejos y banco en el vestíbulo del Hospital.
Fuente de la Caridad
Azulejos del siglo XVII.
Arriba: El sacrificio de Isaac
Abajo: La Resurrección
Cúpula de la Iglesia de San Jorge
La
decoración interior de la iglesia fue organizada por el propio
Miguel Mañara, y en ella intervinieron artistas tan prestigiosos
como Murillo, Valdés Leal, Pedro Roldán y Bernardo
Simón de Pineda que plasmaron la inspiración de Mañara acerca
de la caridad cristiana.
En las paredes laterales del sotocoro se
encuentran dos de las obras maestras de Valdés Leal y que contienen
una profunda meditación sobre la Muerte y los acontecimientos
espirituales que la suceden: Finis gloriae mundi e In
Ictu Oculi.
En el coro, también de Valdés Leal, se encuentra La Exaltación de la Cruz.
Las obras anteriormente
descritas daban paso a las ocho pinturas de Murillo sobre las obras de misericordia, cuatro de las cuales fueron sustraídas, en 1810, durante
la Guerra de la Independencia, por el mariscal francés Soult,
que posteriormente exhibió orgullosamente en su casa de París. A su
muerte, las pinturas fueron vendidas por sus herederos, encontrándose
en diversos museos del mundo, la Galería Nacional
británica de Londres, la Galería Nacional
canadiense de Ottawa, la Galería Nacional
estadounidense de Washington y el Ermitage de San
Petersburgo.
Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos.
Bartolomé Esteban Murillo
Este cuadro forma parte de
los ocho encargados a Murillo por La Santa Caridad.
Representa a Santa Isabel de Hungría que en el siglo XIII hizo
construir un hospital en su palacio donde curaba a los enfermos
afectados por las enfermedades de la época: lepra, peste y
tiña. La santa además de darle a los enfermos cobijo y comida,
curaba cotidianamente sus heridas.
Azulejos del siglo XVII
Arriba: Sansón con una quijada de asno mata a mil filisteos.
La Crucifixión
El retorno del hijo
pródigo
Copia de Bartolomé Esteban Murillo
(El original se
encuentra en la “National Gallery of Art” de Washington, Estados
Unidos)
La escena, está tomada del Nuevo Testamento, de una parábola de Jesús. El hijo menor pide a su padre la parte de la herencia que le corresponde y, tras dilapidarla con una vida
disoluta y haber acabado pastoreando cerdos, vuelve a la casa del
padre, pensando que podría vivir al menos como sirviente. Pide el
perdón y éste en lugar de enfurecerse, acude a su
encuentro y pide a sus criados que traigan
paños limpios y que sacrifiquen al becerro cebado para
hacer fiesta.
San Juan de Dios
transportando a un enfermo
Bartolomé Esteban Murillo
La escena representa la
historia de San Juan de Dios que, mientras vuelve a su casa en
Granada, se encuentra a un enfermo en el camino. Sin preguntarle
quien era ni qué le había ocurrido, lo cargó en sus espaldas y lo
llevó a su casa para curarle. El cuadro recoge el momento en que San
Juan, cansado, cae al suelo y en ese preciso instante el Ángel,
enviado por Jesús, lo ayuda y le dice que el enfermo es el mismo
Dios, el cual se le había aparecido para agradecerle su amor y su
bondad hacia el prójimo. El mensaje hace una referencia explícita a
la obligación de los Hermanos de la Caridad, de socorrer a pobres y enfermos encontrados en la calle, además de ser la imagen metafórica de
aquel que posee todo y ayuda a quien no tiene nada y vive en la
indigencia.
La Exaltación de la Cruz
- Juan de Valdés Leal
Miguel Mañara murió en
1679 y por ello no vio finalizada la tercera y última parte del
mensaje iconográfico, pero dejó por escrito aquello que debía ser
realizado y que se le encargó a Juan de Valdés Leal en 1685. La
obra narra como el emperador Heraclio lleva la Santa Cruz a
Jerusalén. Cuando llega a su destino, es incapaz de cargar con la
reliquia. En ese momento se abre el cielo y descienden los profetas,
que le comunican que podrá entrar en Jerusalén sólo de manera
humilde, como lo hizo Jesús. Heraclio entonces baja del caballo, se
quita la armadura, los ricos ropajes y carga la Cruz sobre sus
hombros, de esta manera se abren las puertas de la ciudad.
Santo Cristo de la Caridad.
Pedro Roldán
Retablo del Santo Cristo
de la Caridad
La iconografía de esta
escultura, titular del retablo realizado por Bernardo Simón de
Pineda, fue sugerida al autor, Pedro Roldán, por el propio Miguel
Mañara, y en las actas de la Caridad se recoge el siguiente
testimonio sobre esta obra: “antes de entrar Cristo en la Pasión
hizo oración y a mi me vino el pensamiento de que sería ésta la
forma como estaba, y así lo mandé hacer porque así lo discurrí”.
Roldán refleja el elevado patetismo con una poderosa policromía
que representa el cuerpo totalmente ensangrentado.
Retablo Mayor
El entierro de Cristo
Pedro Roldán
Bello retablo barroco en el que está representada la séptima obra de misericordia. El relieve del descendimiento es de Valdés
Leal, las esculturas son de Pedro Roldán y el retablo fue
realizado por Bernardo Simón de Pineda. La figura principal representa el entierro de Cristo y se refiere a la obra de misericordia de dar
cristiana sepultura a los difuntos. Esa imagen nos recuerda a la que
fue una de las principales misiones de la Hermandad en el siglo XV,
la de darle sepultura digna y cristiana a las personas
ajusticiadas.
Ángeles del Retablo Mayor
Patio del Hospital de la Caridad con azulejos del siglo XVII
Arriba: Cristo ayudado por Simón de Cirene.
Abajo:
I: Moisés y la serpiente de bronce.
II: Jonás arrojado a la orilla por una ballena
Anverso y reverso
Venerable Miguel Mañara
Este monumento erigido al Venerable Miguel Mañara,
se encuentra ubicado en los jardines de la Caridad frente al Hospital.
Escalera de bajada a la cripta, donde se encuentran sus restos
El cuadro de la derecha, representa a Don Miguel Mañara leyendo la Regla de la Santa Caridad.
Un edificio lleno de arte (como se muestra en esos bonitos marcapáginas), pero todavía es más atrayente a lo que fue dedicado ese Hospital de la Caridad, que de alguna forma ha mantenido esa finalidad social.
ResponderEliminarUn abrazo, Lucía.
Es una belleza y poco conocido. Ha quedado fantástica la nueva iluminación y pronto lo podremos ver, en la lista de lugares a visitar, en el Año Murillo.
EliminarAfortunadamente, ha mantenido una finalidad social.
Gracias, Justa.
Un abrazo.
Lucía.