Biblioteca Capitular Colombina

La Biblioteca Capitular de Sevilla comprende desde 1552 dos «librerías»: La del Cabildo catedralicio y la que fundó don Fernando Colón (1488-1539), hijo segundo del Almirante y que, sin duda, fue una de las bibliotecas privadas más importantes de Europa en su época.

Conocidas actualmente una y otra con el nombre genérico de Biblioteca Colombina, ocupan la parte superior de las dos naves que forman el ángulo nordeste del Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla, correspondiendo la mayor parte de las tres amplias salas a la Biblioteca Capitular.

Aunque la parte más preciada y conocida de la Biblioteca actual sea la perteneciente a la de don Fernando Colón, conviene aclarar que la Capitular es más antigua y sus fondos no son menos importantes. No es fácil precisar sus orígenes y su historia, no obstante, se sabe que don Alfonso X el Sabio, en su testamento otorgado en Sevilla, ordenó que sus libros fueran entregados a la Iglesia Mayor de Santa María de Sevilla. Con el tiempo, el número de libros se incrementó con otros legados hechos al Cabildo catedralicio, como el que en 1387 hizo el Arzobispo don Pedro Gudiel Barroso. En el correspondiente documento de donación que se conserva en el Archivo de la Catedral figuran una serie de libros, de muy diferentes materias, que dejó a la Biblioteca Capitular. No mucho después otro prelado, el Cardenal don Juan de Cervantes (1448-1553) legó también sus libros.

Este retablo fechado en el siglo XVIII, que muestra a Jesús camino del Calvario, fue pintado al óleo sobre lienzo por Juan del Espinal , copiando la obra mural original de Luis de Vargas realizada en 1563, reproduciendo modelos de Nazarenos flamencos que, ensogados, portan la Cruz invertida.

 La tradición ha identificado esta imagen como el Nazareno de los Ahorcados, porque hasta él eran llevados los condenados a muerte como desahogo para su espíritu y veían allí a Cristo vestido de blanco y ensogado al cuello como ellos mismos.